El estadio de San Paolo antes del Nápoles-Barça de los octavos de final de la Champions League 2019-2020.

Nápoles, un desplazamiento cercano al “10”

Nápoles era uno de los desplazamientos más esperados para la afición culé, junto con los recientes de  Liverpool y Dortmund. Una vez más, la logística preparada por FC Barcelona Desplaçaments fue excelente, dando información oportuna sobre la situación con el coronavirus -aunque no había alerta registrada, hubo algunas cancelaciones- y coordinando los aficionados, como de costumbre, a través de su App. Los dos aviones programados salieron puntuales del aeropuerto del Prat y llegaron a una hora razonable en la estación de ferris de Molo Angioino, desde donde los barcelonistas pudieron captar toda la magia de la ciudad. Especialmente sorprendente fue la originalidad de los Quartieri Spagnoli, donde el gran protagonista sigue siendo… ¡Maradona! Un reclamo de éxito garantizado al ser un ex jugador de nuestro club y un mito del deporte que nos apasiona.

Por la tarde, la fiesta se trasladó al barrio de Vomero, donde la recién inaugurada Penya Blaugrana Napoli y otras peñas italianas, establecieron un punto de encuentro para todos los culés. El transporte en metro y tren al estadio de San Paolo fue efectivo y cómodo, pero no el oficial con los autocares del club, que tomó una hora y media para completar un solo viaje de sólo unos minutos. En ningún caso esta circunstancia era responsabilidad de FC Barcelona Desplaçaments y sí de la policía italiana, que alegó razones de seguridad. En cualquier caso, el departamento de viajes del club ya había alertado de que esta circunstancia podía suceder y era aconsejable moverse por medios propios, y más teniendo en cuenta los precedentes de Lyon y Liverpool. El gran acierto consistió en permitir que todo el mundo puediera guardar la mochila en un autobús previamente fijado y situado junto al campo, independientemente de cómo se hubiera ido, con el objetivo de hacer los registros de la entrada menos tediosos. Una iniciativa que permite comprar cosas sin tener que sufrir por su conservación.

El ambiente durante la primera parte fue frío, sin duda por contagio del juego del equipo, pero el 1-1 anotado por Antoine Griezmann generó una celebración colectiva como la de las grandes ocasiones. Fue un gol que colocó al Barça en una posición clara para poder acceder a los cuartos de final de la Liga de Campeones. Al final del partido, una vez más gracias a la empatía de Marc-André Ter Stegen con la afición, los jugadores obsequiaron a los desplazados con un saludo desde el mediocampo. La espera en las gradas para poder salir de San Paolo fue la anunciada por los Carabinieri, alrededor de una hora, y las personas confinadas pudieron ir al servicio, en pequeños grupos de 10, durante todo este tiempo. Otra cosa es que el servicio de restauración era claramente insuficiente, haciendo que muchos barcelonistas se quedaran sin agua potable, en el mejor de los casos, hasta la llegada al aeropuerto. Este es uno de los contratiempos que deben mejorarse y la propia UEFA debe encontrar la solución. Sin embargo, el regreso a El Prat fue lo suficientemente plácido y todo el mundo pudo ir a dormir un par de horas antes de ir a trabajar… Con el partido de vuelta del 18 de marzo como protagonista indiscutible de sus sueños.

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